Hoy era la noche en la que no me iba a encontrar,
la madrugada donde no iba a ver el amanecer,
la resaca que no iba a disfrutar,
las canciones que no iba a bailar,
el escape sin éxito…
Entonces traté de garabatear el dibujo sin color,
las ganas de volver a mi cuerpo,
el milagro de la transformación de la hoja en blanco en el
mensaje en botellas,
la última esperanza del naufragado o ebrio…
Pero el lápiz ya no es la fantasía sexual de mis dedos,
y la mano ya no coordina con la imaginación,
la cabeza te tira abajo toda inspiración,
y no hay faro, no hay musa, no hay canción,
no hay botella, mensaje, ni mar…
Y te refugiás en la almohada,
Y tratás de callar al pecho
inquieto (pero no alegre),
Y tratás de olvidar que no sos de acá,
Y tratás de recordar esa sonrisa que parecía eternidad,
en cada canción, en cada película,
cada suelo, cada lluvia…,
en cada intento no frustrado de garabatos…
que buscaba encontrarme.